18 septiembre 2009

Memoria- identidad- resignificación nómada





¡Qué alegría se siente cuando se descubre que alguien desarrolló su pensamiento y escritura sobre algunas premisas que motivan el propio proyecto! Porque así, el nuevo proyecto que se emprende queda situado en un marco de pensamiento determinado, y esto da una sensación de alivio que me recuerda a la reflexión que hacía Virginia Wolf en Un cuarto propio cuando hablaba de la necesidad de saberse inscrita en una genealogía de escritoras (1) . De esta manera, el proyecto a realizar toma un lugar a partir de la relación con otros, y en este caso, la escritura de Ana Forcinito y su libro Memorias y nomadías: géneros y cuerpos en los márgenes del posfeminismo me ayuda a situar y a situarme en relación a algunas cuestiones involucradas en Historietas de Historia:

¿A qué se refiere “memoria histórica”?

Sin hacer referencia a las prácticas políticas recientes motivadas por la cuestión de la memoria histórica, este proyecto se interesa por la preservación de la memoria tomando las referencias de la escritora feminista Ana Forcinito, con los matices que describen mi posición ante algunas de sus premisas. La memoria histórica, trata en realidad de dos memorias. Por un lado, las memorias de género que se interesan por los mecanismos de configuración de identidades condicionados por la realidad histórica y social, con el objetivo de establecer mecanismos de identificación y acción de situaciones de abuso de poder por motivos de sexo, raza, clase, edad, cultura, aspecto físico, capacidad intelectual o física. Por otra parte, intervienen las memorias de violencia institucional (política y estatal) que identifican prácticas autoritarias y promueven la articulación con otros ante tales situaciones. Ambas memorias se entrelazan en los proyectos identitarios ciudadanos, tanto en la tarea feminista de deconstrucción y construcción de identidades como en la noción de testigo que subyace en la reivindicación de la ciudadanía como denuncia del autoritarismo. Me parece interesante subrayar la importancia de la capacidad de identificación de los mecanismos de opresión para saberse testigo, ya que a menudo la violencia forman parte del hábito, la costumbre, la normalidad, y por tanto, no es identificable ni es posible ser consciente de las relaciones asimétricas de poder ni de la posibilidad de nuestra articulación social para reaccionar ante ella.

¿Por qué "desde una perspectiva de género"?

Según Ana Forcinito, el uso del género como categoría de análisis es un ejercicio de memoria en la medida en que implica hacer una historia de las articulaciones de los femenino y lo masculino para poder pensar en el desmantelamiento de las articulaciones usadas para subordinar la variante cultural femenina. Además, es necesario aceptar el género como una cuestión incompleta y conflictiva sin negar la importancia de esta categoría en la rearticulación de demandas de igualdad y respeto a la diferencia por parte de feministas y mujeres en movimiento. El género es una categoría a ser revisada constantemente, como una categoría que no puede fijarse en un punto de equilibrio y, por lo tanto, como una categoría nómada.

Ana Forcinito habla desde los feminismos y se refiere a las memorias que intentan establecer “genealogías antipatriarcales” pero yo dudo que el sistema del patriarcado explique el origen de los abusos de poder en el ser humano. Desde los feminismos tales abusos sobre las mujeres se han señalado como propios y originarios del hombre blanco heterosexual y del poder de la figura simbólica del padre sobre la madre. Sin embargo, dudo que el mal del abuso de poder se corresponda con el dominio del hombre blanco heterosexual y la preservación de su superioridad. Ésta me parece tan sólo una de sus formas. En el complejo entramado de pensadoras y teorías feministas, me pregunto si utilizar el término “relaciones de género” comprende una apertura en el marco teórico que permita entender los abusos de poder como un comportamiento del género humano cuyo origen no se establezca siempre en el patriarcado, sino en el rechazo inconsciente que surge ante las diferencias –lo que nos llevaría al campo del psicoanálisis-. Sería interesante valorar qué cuestiones han sido explicadas satisfactoriamente por el sistema del patriarcado y cuales no, desde el pensamiento feminista. En todo caso, partiendo de la posibilidad de que hablar de relaciones de género implique un ámbito epistemológico más amplio donde se consideren las relaciones de poder como algo propio del ser humano, prestando atención al modo en que se establecen relaciones asimétricas de poder ante las diferencias de sexo, raza, clase, cultura, edad, aspecto físico o capacidades físicas e intelectuales en una realidad social determinada, no perdemos el objetivo con que tomamos tal perspectiva: ayudarnos a hacernos conscientes de estos mecanismos y emprender la búsqueda de una vía de acción.

¿Cómo se relacionan las cuestiones de la memoria, la identidad y el nomadismo?

Como escribe Ana Forcinito, “al transitar zonas de olvido y de opresión, la práctica de la memoria constituye subjetividades no sedentarias que están en constante movimiento de reinterpretación, atravesando las fronteras impuestas por las normas de la territorialidad (2).”Ana Forcinito intenta recuperar la potencialidad nómada de estas memorias y las propone como zonas en constante transformación que ponen en cuestionamiento la legitimidad del discurso hegemónico. En mi opinión, querer recordar sería querer saber quiénes somos a partir del conocimiento de la historia de quienes fuimos, cuestión que nos haría preguntarnos, a su vez, qué cuestiones ha valorado el discurso histórico como merecedoras de ser transmitidas y qué papel han jugado hombres y mujeres de diferentes épocas en tal tarea (de la transmisión oral y la transmisión escrita). Además, dada la constante transformación de los discursos y las subjetividades, tales conocimientos históricos serían siempre susceptibles de ser cuestionados, revisados y reinterpretados a lo largo del tiempo.

Historietas de historia se interesa por los cómics como testimonios memorísticos que dan cuenta de una realidad pasada de la que proceden las identidades de hoy, sabiendo que estas narraciones aportan a la subjetividad un territorio nuevo que posibilita la resignificación de la historia y sus agentes al incorporar la perspectiva de género, estar narradas desde la experiencia cotidiana y basarse en un lenguaje visual atractivo y asequible que necesita de la lectura de otras fuentes para completar su sentido, siempre abierto. A partir de las imágenes y la simpatía por sus protagonistas, se abre una nueva vía de interés y curiosidad por la historia que deriva hacia la pregunta por el contexto social e histórico, además de por el modo de su representación. El análisis de las representaciones de hombres y mujeres en los cómics nos hacen mirar los valores sociales que refleja este arte, y que han condicionado y condicionan las configuraciones de las identidades de género y los estereotipos de lo masculino y lo femenino. Hacernos conscientes de algunas de las características que se han señalado como propias de lo femenino y propias de lo masculino, nos permite cuestionar los patrones identitarios heredados para poder diseñar otros híbridos a la medida de nuestro deseo. Como dice Ana Forcinito:

“El ejercicio de la memoria funciona como contracara no sólo del olvido sino también de la impunidad. La memoria, institucionalizada por la desmemoria posmoderna, ha venido a ocupar el espacio del fracaso del recuerdo en la vida cotidiana. Desplazada de la cotidianeidad, con representaciones fracturadas, la memoria parece ser hoy una búsqueda y un proyecto deseante dentro de un paisaje marcado claramente por la hegemonía del olvido neoliberal. Pensar en memoria es pensar en la amnesia, en el olvido como supresión de la identidad. La memoria es una trama compleja donde está en juego la lucha por la identidad entendida a través de los procesos de significación que se establecen a través del ejercicio del recuerdo”.

Propongo este triángulo de tres conceptos con un espacio en el que aparece la territorialidad, el lugar y el habitar, como esquema punto de partida del proyecto Historietas de Historia. Ana Forcinito toma el concepto de deterritorialización de Deleuze y Guattari para hacer referencia a los espacios de tránsito de voces, prácticas y proyectos de escritura que permanecen abiertos, sin capturar ni hegemonizar. Ese espacio es también el ciberespacio en que se ubica este proyecto, lo cual nos llevaría a plantearnos dentro del ciberfeminismo, actividad feminista en la red y sobre la red.

Según Remedios Zafra, el ciberfeminismo propuso utópicamente el ciberespacio e Internet como territorio de liberación de los lastres del cuerpo, territorio cyborg y post-genérico que apuntaba a una inflexión en nuestra consideración identitaria como sujetos conectados. Sin embargo, como dice Remedios Zafra (3):

“en la actualidad, el ciberespacio ya no es para el ciberfeminismo aquel utópico territorio de principios de los noventa, cargado de posibilidades para la emancipación y la acción creativa. Las redes sociales, la blogosfera, las plataformas de vídeo y los mundos virtuales que hoy caracterizan el ciberespacio lo hacen en un momento post-utópico para el feminismo orientado al medio digital, donde nuevas inquietudes se suman a las antiguas marcando el estatus on line de la representación y presencia activa de las mujeres en el ciberespacio. En este momento post-utópico para el feminismo orientado al medio digital siguen precisándose estrategias de resistencia a la repetición del sistema androcéntrico en el contexto de la cultura visual-digital; estrategias críticas de análisis, interpretación y producción digital y estrategias creativas de re-imaginación de lo femenino en el ciberespacio”.

Historietas de historia propone revisar la memoria del cyborg que se dijo ahistórico, híbrido, ni completamente humano ni completamente máquina pero fragmentariamente ambos. Historietas de historia quiere habitar su lugar en el ciberespacio corriendo los riesgos de anulación por saturación y de incertidumbre histérica (4). Aún sabiendo que la saturación de imágenes e información aniquila el espacio mínimo requerido para la reflexión, para la dotación de sentido y la producción de subjetividad, Historietas de historia se propone como un espacio de reflexión, cuestionamiento y dotación de sentido abierto al desarrollo de la subjetividad y al intercambio con otras personas. Historietas de historia soporta la duda histérica de incertidumbre total -que dice Zizek está presente en la cuestión del ciberespacio, pues cuando elaboramos un blog no sabemos bien qué quiere el otro de nosotras ni cómo nos recibirá ni cómo nos podrá malinterpretar- gracias a que sí sabemos que queremos lanzar nuestras reflexiones y nuestras propuestas para poder compartirlas con otros y que esta actividad de investigación salga del pequeño círculo académico en que suele moverse y extenderse, y aportar algo al mundo, con todos los riesgos.




REFERENCIAS:


(1) Wolf, Virginia (2003): Un cuarto propio, Alianza Editorial, Madrid.
(2) Forcinito, Ana (2004):
Memorias y nomadías: géneros y cuerpos en los márgenes del posfeminismo, Editorial Cuarto Propio.

(3) Zafra, Remedios (2008): LO QUE DECIMOS FUE, LO QUE NO QUISO SER Y LO QUE QUEREMOS DEL CIBERFEMINISMO, en la web Mujer y Estudios visuales.

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